Wednesday, April 14, 2004

Sobre los atentados terroristas en Madrid.

El 11-M es un "éxito" para los terroristas porque son capaces de modificar las elecciones, según Andre Glucksmann del Europa Press.
Los atentados del 11 de marzo en Madrid han demostrado que el problema del terrorismo no es sólo americano y han supuesto un gran "éxito" para los terroristas, que ahora saben que con un acto "impactante" son capaces de modificar unos resultados electorales como ocurrió con las elecciones generales en España, según el filósofo francés André Glucksmann."El 11-M fue para los españoles un problema interior pero para el conjunto de los terroristas fue un éxito" ya que puso de manifiesto que "a través de acciones impactantes se pueden cambiar los resultados de las elecciones", afirmó el polémico filósofo, que hoy presentó en Madrid su último ensayo 'Occidente contra Occidente'. "Si no se hubieran producido los atentados de Atocha los resultados no habrían sido los mismos", añadió.En su opinión, lo ocurrido en España debería sentar un precedente y dado que, según él, "todas las elecciones están amenazadas", en Europa se debería crear un reglamento que estipulase el aplazamiento de unos comicios "al menos un mes" en caso de producirse actos terroristas similares al 11-M para dar tiempo a que la población "reflexione sobre quién ha sido". "Ahora que sabemos que esto puede suceder", subrayó, "hay que evitar el chantaje terrorista".
Según Glucksmann, el 11-M prueba que Europa "también está implicada" y puede ser escenario de atentados terroristas. Tras el 11-S se pensaba que el problema del terrorismo era una cuestión estadounidense pero, destacó, "se trata de una enfermedad planetaria".
Asimismo, los atentados de Madrid también han demostrado que aunque se esté en contra de la guerra de Irak "se puede morir", como les ocurrió a las víctimas que viajaban en los trenes. Los terroristas lo sabían "pero les dio igual, no tuvieron en cuenta su opinión", añadió.
Por otra parte, el filósofo francés se mostró rotundo en cuanto a la necesidad de una intervención militar en Irak y destacó que prueba de ello es que "muy pocos iraquíes lamentan la caída de Sadam Husein", al que calificó de "tirano abominable y sanguinario". No obstante, aunque admitió que no compartía las razones esgrimidas por los aliados para atacar Irak, subrayó que Occidente es "responsable de que Sadam Husein siguiera después de 1991" pese a las masacres de kurdos y chiíes, por lo que la intervención aliada es la manera de "rectificar nuestros errores".
En contra de retirar las tropas. En este sentido, Glucksmann se opone tajantemente a la salida de las tropas extranjeras de Irak ya que esto conllevaría "el aislamiento total de Estados Unidos" y que Irak se convirtiera en "un paraíso del terrorismo". Además, querría decir que "Atocha no nos ha servido de nada". Por ello, abogó porque Europa reflexione sobre el futuro, dada su proximidad con esta región, y, lejos de apoyar la salida de las tropas españolas, defendió que a ellas se sumen soldados de Francia y Alemania, países que desde el primer momento se mostraron contrarios a la intervención militar.
La única solución para luchar contra el terrorismo es que "Occidente trabaje con Occidente" en lugar de trabajar en contra y optar por el "poder de la civilización en lugar de por el poder de aterrorizar", aseveró. Así, en Irak, "hay que unirse para ayudar a los moderados chiíes, kurdos y suníes y asegurar la seguridad y la ayuda económica".
Por otra parte Glucksmann, que en su libro se centra en el problema del "nihilismo terrorista", denunció el "final de las ideologías" como eran entendidas hasta ahora, subrayando que actualmente se producen "alianzas sin fronteras políticas, ideológicas o geográficas" y que "cualquier ideología puede servir de pretexto y etiqueta para los terroristas", no sólo el islamismo.
Así, advirtió de la existencia de un "teleterrorismo", es decir, del uso mediático que hacen los terroristas de sus actos, como el 11-M o la muerte y descuartizamiento de varios estadounidenses en Faluya el mes pasado, con el fin de "hacer campaña electoral" y "aterrorizar a la población". Con ello se busca la retirada de las tropas de Irak, pero también de Afganistán o la supresión de la ley francesa que prohibe portar el velo en los centros escolares, y en el futuro se pedirán otras cosas "para intentar gobernar mediante el terror", concluyó.